16 septiembre 2010

EL ESPIRITU DE LOS FELICES AÑOS 10


Corrían los felices años 10 cuando llegaron 4 días donde el alcohol fluía por todos nosotros y habitualmente comíamos algo, sin orden, sin llevar dietas ni controles alimentarios, generalmente engullíamos cualquier cosa que acompañase bien a nuestras bebidas. Eran cuatro días en los que, sin ser carnaval, nos dejábamos llevar por los placeres de Don Carnal, sin importar absolutamente nada. Eran cuatro días donde nos evadiamos de todo, incluso de nosotros mismos, sin problemas, sin quebraderos de cabeza... Sólo intentábamos ser felices.

Y en esos cuatro días tan pronto alguien tiraba del cable o mandaba a una guardia civil a la que nadie hacía el mínimo caso y mucho menos aún cuando otro amenazaba con llamar a la policía, cosa que ni hizo ni le hicimos el menor caso, pues lo único que queríamos era que se fijase bien el esmalte azul en nuestras uñas... Eran unos días en la que los machos huían como animales perseguidos por una vedette que simplemente quería sacar voluntarios en su espectáculo, y cuando lo lograba la víctima se escabullía tan pronto podía, ante la mirada incrédula de la chavala que pensaría algo así como "esto no me puede estar sucediendo a mí".

Pero eran días también en los que estaba en boga el I+D+I (investigación, desarrollo i tal), en los que se llevaban a la práctica cualquier cosa que se nos ocurriese, como el intentar sacar del water un rollo de papel (con las más diversas maneras salvo meter la mano) o como hacer que un toro reculase empleando la tutu, la cual, como era de esperar, permaneció invicta ante los ataques del animal, aunque sí que conseguía moverla.

Y hasta la gente no se creía cuando uno de los nuestros desaparecía para ir a "beber agua", cosa que lógicamente era una excusa barata porque bebíamos de todo menos agua, pero que mucho menos se lo creía cuando la verdad llegaba a sus oídos: estaba satisfaciendo sus necesidades fisiológicas y corporales, aunque no sexuales.

Eran unos días de desenfreno, en los que poco o nada importaba, tan sólo el pasárselo bien, el estar con los amigos y el disfrutar. Así era el espíritu de esos días, que intentábamos mantener el resto del año, cuando la rutina, los problemas y los quebraderos hacían aparición en nuestras vidas... Pero los recuerdos de aquellos días hacían que viésemos lo negativo con otro punto de vista, configurando de esta forma lo que sería ya historia: los felices años 10.

4 comentarios:

Yo no soy la vedette, la vedette, la vedette... dijo...

Esta foto desmiente clatamente lo de bailar pegados es bailar... A partir de ahora, bailar pegados es peligroso... Insisto, no es tanga, es braga alta lo que lleva la vedette...

Los Felices Años 10 dijo...

Bailar pegados es deporte de riesgo, eso está claro (aunque no lo diga la canción).
¿Cómo explicaría esa mujel en urgencias lo que estaba haciendo para romperse la cadera? Pero así son los felices años 10, nada importa.
Llevaba braga y también llevaba ligero y picardias bajo esa bata roja...
Saludos

Anónimo dijo...

Yo estaba cagando joé!
Otro día os paso la llave de la peña antes de irme, no sus preocupís!

Los Felices Años 10 dijo...

Anónimo (vamos a dejar tu nombre así). Pues sí que nos hacía falta la llave porque no había vodka en otras peñas... Cuan triste es la vida del vodkero... Pero apareciste, con la llave, que eso es lo importante...
Pero, qué más da, corrían los felices años diez...
Saludos